Las historias ayudan a calmar nuestros corazones. Bien porque nos identificamos con ellas, porque nos relatan miserias peores que las nuestras o porque, al menos por un pequeño periodo de tiempo, nos muestran lugares magníficos, personajes inolvidables o aventuras trepidantes.
Calman nuestros corazones porque nos recuerdan que siempre hay algo por lo que merece la pena seguir adelante.
Luchar.
SER FELICES.