domingo, 7 de agosto de 2011
Amor.
Supongo que estoy preparada para querer, casi todo el mundo lo está. Querer a alguien es fácil. Poco a poco, con el roce descubres cosas maravillosas en las personas, quizá una sonrisa que te gusta más de lo normal, o una mirada pícara. Una caricia, un susurro que te haga estremecer. Y más, mucho más. Detalles, una llamada, una oreja que te escuche cuando no tienes ninguna más... incluso todas y cada una de sus imperfecciones que distinguen a esa persona de todas las demás. Todas esas cosas, hacen que querer sea algo sencillo, que cueste poco.
Pero.. ¿Dejar que te quieran? Depositar toda tu confianza en alguien, darle el "poder" de, de alguna manera, destruirte.. y tú, ciegamente, creer que no lo hará. Hacerle un hueco en tu vida, en tu día a día, en tu corazón. Dejar de quererte sólo tú para abrir un espacio a una persona ajena, darle un cajoncito de tu corazón.
Eso, no es tan sencillo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario