La vida está hecha de momentos. Algunos más agradables que otros, momentos que fotografiamos, momentos que luchamos por olvidar, momentos que guardamos en un cajón de nuestro corazón.
Hay tantos tipos... y, curiosamente, no sabemos lidiar ni con la mitad de ellos. ¿Por qué nos disgustan tanto los momentos que no nos dejan un sabor a sonrisas? ¿Por qué?
Mientras trato de averiguarlo, intentaré convivir de la mejor manera que sé con los momentos que fruncen mi ceño, con los que crean ese cosquilleo en mis ojos previo a las lágrimas, con esos que nunca aparecerán en una fotografía. Y disfrutaré al máximo con todos los demás.
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