viernes, 17 de octubre de 2014

Una sonrisa sin precio

 Creo que todos deberíamos cuidar esas relaciones que tenemos con las personas que al irse dejan una sonrisa en tu cara, un dulce sentimiento de felicidad y agradecimiento por tener una persona como ellos en tu vida.

Yo creo que soy lo suficientemente afortunada para decir y gritar al mundo que cuento con algo más de un par de estas personas en mi vida. Y estoy agradecida, muy, muy agradecida.

La felicidad viene de dentro, está en nosotros mismos... pero no hay nada que la engrandezca más que tener personas en mis vida que mantengan esa felicidad en la superficie cada vez que comparto mi tiempo con ellos.

Y, a todos y cada uno de ellos, gracias. Gracias por ser quienes sois.

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